Cuatro problemas cuando se deshecha

Cuatro problemas cuando se deshecha

y cómo afrontarlo

En teoría, ordenar parece fácil cuando uno se pone a ello. Sin embargo, los primeros problemas suelen surgir antes de empezar. E incluso si estás en medio del caos, puedes encontrarte rápidamente con un obstáculo. Te mostramos 4 formas de resolver las dificultades más comunes.

Si el desescombro no es una de tus aficiones favoritas, seguro que las conoces: Alguna que otra dificultad en el camino hacia el dominio de tus cosas. Hemos analizado los escollos típicos y hemos descubierto que, una vez que te das cuenta de dónde está el problema, puedes encontrar una solución.

1. Todos los comienzos son difíciles...

Las personas que se ocupan de muchas cosas se ven obligadas a aplazarlas rápidamente. Y esta es precisamente la causa del problema: la montaña que hay que resolver ya es abrumadora en su mente porque, sencillamente, es demasiado alta.

  • Babysteps: Por eso es mejor empezar por cosas pequeñas y sencillas. Por ejemplo, la pila de revistas, las revistas que quieres leer en algún momento o la despensa: aquí, la fecha de caducidad y el estado te dicen exactamente qué puede irse y qué puede quedarse.

  • Hacer la limpieza siguiendo un plan: A muchas personas también les ayuda atenerse a planes concretos. Si este puede ser tu caso, inspírate con nuestros consejos sobre libros minimalistas (¡ENLACE!)

2. Boomerang: Enfrentarse a los recuerdos

Si haces una limpieza en toda regla, llegarás a un punto en el que todos los libros estarán ordenados alfabéticamente y todos los pañuelos doblados; en otras palabras, todo el trabajo duro estará hecho. Sin embargo, hacer limpieza también implica enfrentarse a los recuerdos y dejarlos ir.

  • Significado en el futuro: Cosas como la camiseta de la graduación, las entradas para un concierto u otros recuerdos es mejor dejarlos para que vuelvan a tener un efecto en ti. ¿Te traen recuerdos que no tendrías sin ellos? ¿Seguirá siendo importante para mí dentro de diez años? Si no es así, deshágase de él.

  • Qué representa el recuerdo: es más difícil con los recuerdos, ya sean de personas fallecidas, amores pasados o ciertos momentos cruciales de la vida. Hay que dedicar tiempo a estas cosas, pero limitando de antemano la ventana de tiempo para no perderse en los recuerdos. Por ejemplo, la olla de esmalte favorita de tu abuela no tiene por qué ocupar la mitad de la estantería de tu cocina durante el resto de tu vida si no la encuentras ni bonita ni útil.
    Hágase las siguientes preguntas: ¿Significan realmente algo para mí o sólo es importante lo que representan?

Nuestro consejo si te cuesta desprenderte: a veces merece la pena hacer fotos de los recuerdos.

3. Mordiscos de conciencia: Todo tiene (tenía) su precio

A menudo nos cuesta regalar, y no digamos tirar, cosas en las que antes gastábamos dinero. Esto se debe a que nos hace sentir derrochadores y desagradecidos. Por una parte, esto se aplica a las cosas que nos hemos "permitido" nosotros mismos, pero también a las cosas que nos han regalado y en las que otros han gastado dinero.
En primer lugar, no hay ninguna ley que diga que hay que conservar los regalos durante toda la vida. Desprenderse de ellos no tiene nada que ver con la ingratitud.

  • Valor añadido: Piensa si el espacio que te creas al regalar el objeto vale más para ti que el propio objeto.
  • Beneficio: Deshazte de cosas que ya no utilizas. Claro que el reproductor MP3 costaba mucho dinero y era el artículo de moda en el mercado. Sin embargo, el énfasis aquí está en "era" y si ya no lo usas, entonces ha cumplido su función y puede ser desechado con seguridad.

4. Dolor de la separación: ¿y si me arrepiento?

La pregunta que planea sobre todo: ¿qué pasa si regalo algo y luego quiero recuperarlo? Respuesta sencilla: entonces ya no está. Si lo estropeas, tienes que tomar una decisión. Y, como ocurre con todas las decisiones, es posible que te arrepientas. Porque siempre es posible que esos zapatos de plataforma de los 90 vuelvan a ser tendencia o que de repente eches de menos el bote de esmalte de tu abuela.

  • Arrepentimiento: Si no estás seguro, piensa: ¿Qué posibilidades hay de que me arrepienta? ¿Podría afrontarlo en el peor de los casos? ¿Qué es lo peor que podría pasar si me deshago de un determinado objeto?

Hacer limpieza también significa, sobre todo, dejar que las cosas se vayan. Sé consciente de las razones por las que has desechado algo. Dependiendo de dónde coloques tus objetos desechados, darán alegría a otra persona. Esta idea es muy útil, ¿verdad?

Diviértete dejando ir.

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